martes, 6 de enero de 2015
Microchip cerebral: "Miro la televisión y luego existo"
El mundo está compuesto por miles de millones de individuos que se rigen por un axioma elemental: miro la televisión y luego existo. El alienado psicoprogramado por la TV y la sociedad de consumo no está formado para pensar reflexivamente sino para consumir productos y comportamiento social inducido por medio de eslóganes, consignas subliminales e imágenes sin ninguna relación entre sí.
A) El alienado programado
El individuo-masa, o Alienado Programado (AP), se desarrolla en la primera fase de las operaciones psicológicas-mediáticas-publicitarias imperiales orientadas a imponer la sociedad de consumo capitalista en las áreas dependientes del Tercer Mundo, a fines de la década del 50, y experimenta su máximo nivel de desarrollo con el advenimiento de la era de las comunicaciones informáticas globalizadas a fines de los 90.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales capitalistas a escala planetaria.
El AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes sin ninguna relación entre sí.
Sus emociones y pensamientos (programados por el mensaje televisivo) duran y se terminan con las imágenes en la pantalla: El AP es el hijo de la "patria televisiva" nivelada mundialmente como primer "agente socializador" en reemplazo de la familia, la escuela y las tradiciones culturales de su lugar de nacimiento.
El AP de la era informática rompe definitivamente con la matriz cultural del viejo "Estado nacional" y se proyecta como un microchip nivelado del nuevo "Estado trasnacional" de las corporaciones capitalistas que han divido el mundo en "gerencias de enclave".
Sus esquemas referenciales psicosociales fueron modelados y construidos sobre dos pilares básicos: individualismo y consumismo.
Utilizando técnicas y estrategias de la guerra psicológica, los laboratorios estratégicos de comunicación publicitaria comenzaron a modelar al individuo-masa (el AP) a partir del surgimiento de la sociedad de consumo capitalista en los años 50.
Un AP está programado para consumir: desde productos, espectáculos, modas, hasta presidentes (gerentes de enclave de las trasnacionales capitalistas) vendidos por medio de técnicas de marketing y de campañas electorales manipuladas por operaciones psicológicas.
A excepción de los casi tres mil millones de marginados de la sociedad de consumo capitalista, que no alcanzan los niveles de supervivencia, el resto de la sociedad mundial (tanto en el mundo dependiente como en el mundo de las potencias capitalistas dominantes) está programada a partir de una estructura piramidal de AP (individuos-masa) nivelados por la ideología del consumo capitalista.
Un AP es un nivelado universal por la cultura del consumo.
El consumo (no el pensamiento razonado con lógica de qué y para qué), rige y parametra sus pautas de comportamiento social e individual.
Un AP de Asia, Africa, o Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste de la misma manera y consume los mismos productos que un AP de EEUU o de Europa.
Ropa, cortes de cabello, música, fútbol, deportes, creencias, modas, gustos consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por igual en los AP por las trasnacionales capitalistas que han convertido al planeta en un "gran mercado".
Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una terminal de consumo para abrir nuevos mercados y nuevas fuentes de ganancia capitalista a escala planetaria.
Así como la acelerada concentración y centralización del poder capitalista trasnacional impuso la incorporación masiva de la informática para la toma de decisión económica, la sociedad de consumo requirió de la utilización en gran escala de la publicidad comercial destinada a crear las bases psicosociales del consumismo.
La manipulación psicológica con el consumismo desarraigó al individuo-masa de los valores de su propia cultura, historia y tradiciones de origen, y lo convirtió en un alienado universalizado y sin conciencia.
El colonizado mental, el AP, el individuo-masa, es un lumpen social cuya máxima ambición es emigrar de su país de origen hacia los grandes centros consumistas, como está ocurriendo en Europa y en la frontera con México.
El máximo objetivo de un AP es consumir sin interrogarse sobre los fenómenos de genocidio económico y las lacras sociales emergentes de la explotación del hombre por el hombre, a los que vive en forma alienada, sin vincularlos al sistema capitalista, del que que tampoco sabe de que se trata.
Un AP, es la célula y la materia prima emergente de las operaciones psicológicas trazadas para el control y direccionamiento de conducta con fines colonizadores que lo despojó de todo atisbo de pensamiento reflexivo y de conciencia social.
Un AP de clase baja es un declasado sin patria (exactamente la contrapartida del proletario revolucionario con conciencia social emergente de la Revolución Industrial) que sirve como carne de cañón y mano de obra barata (cuando consigue trabajo) de las trasnacionales, también sin patria, extendidas por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Un AP, de clase media o alta, también es un desclasado sin patria que alimenta (desde el vértice y el medio de la pirámide) las estructuras gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del sistema capital-imperialista trasnacionalizado.
Pero antes que nada, un AP (más allá de cualquier grupo de pertenencia clasista) es un alienado social construido a la imagen y semejanza de las trasnacionales y sus necesidades de mercado.
En este cambio de las matrices mentales y culturales de las sociedades dominadas subyace la culminación de un minucioso proceso de colonización psicológica-cultural, cuyo objetivo central se orienta a borrar las fronteras entre el dominador y el dominado.
El perfeccionamiento del AP fue simultáneo a la destrucción de los Estados nacionales por medio de la imposición del "libre mercado", la "apertura económica" y las privatizaciones de empresa públicas impulsadas por el capitalismo trasnacional desde Washington, en la década del 90.
B) El microchip cerebral
La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos, comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental" con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Cuando el sistema capitalista trasnacional, por medio del consumo, niveló un "modelo único de pensamiento", sentó las bases psicosociales para el control político-ideológico por medio de la información periodística manipulada por operaciones psicológicas.
Así como las técnicas de manipulación sirven para alienar conciencias con la "TV espectáculo", también sirven para esconder la realidad, crear cortinas de humo, y fabricar "atención social", o "indiferencia", ante los distintos acontecimientos locales o internacionales que se van sucediendo.
El "mostrar" o "esconder" (por medio de la manipulación mediática) tal o cual acontecimiento, depende de los intereses que eventualmente tengan los gobiernos y consorcios mediáticos sobre el mismo.
Así como las cadenas internacionales "vendieron" y mostraron masivamente el Mundial (que distrajo por un mes la atención de los problemas reales), de la misma manera ocultaron la masacre producida por algunos países, como lo hacen en Irak o en otras partes del planeta sometidas a la conquista y al genocidio militar por el control de mercados y de recursos estratégicos.
Los miles de millones de AP que se emocionaron, rieron o lloraron, con el Mundial permanecieron indiferentes ante el asesinato en masa de seres humanos bombardeados por una superpotencia invasora, en el colmo de la impunidad y del silencio cómplice de las potencias y de sus organizaciones internacionales.
En la era de la información y de la revolución informática, los medios de comunicación sustituyen a los ejércitos en los sistemas de dominio y de control social.
La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia de dominio sin el uso de las armas.
De manera tal, que el control de las sociedades, en la primera etapa, por medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase: el control ideológico, a través del consumo de información periodística, también nivelado a escala planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales.
Con la nivelación consumista se establecieron las bases para el AP consumidor de "órdenes psicológicas" manipuladas a través de la información fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado "periodismo espectáculo".
De esta manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de colonización mental nivelado a escala universal por el aparato mediático-informativo controlado por el capitalismo trasnacionalizado.
La era del microchip cerebral no solamente borra las fronteras entre el dominador y el dominado sin que además nivela al hombre a "imagen y semejanza" del capitalismo consumista sin fronteras.
"Miro la televisión y luego existo": El axioma elemental del humano convertido en un microchip programado por las trasnacionales capitalistas.
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